Ojo con Vilches
Eduardo Bravo. (www.diarioelcentro.cl)
Fecha de Edición: 17-10-2004
Luis Valladares y Anita Aguilera parecen dos ermitaños en una casa de chocolate. Computadores, microscopios, un telescopio profesional, todo dispuesto en BIOTA Maule, una especie de santuario en medio de una poética espacial verde, tan indefensa como potencialmente valiosa
Piensan en energía solar, pero es un paso extra. En BIOTA Maule están desarrollando un proyecto ambicioso, un centro tecnologizado desde el punto de vista energético, con placas solares y un biodigestor para obtener gas. Esos son sueños aún, aunque lo que se ha logrado es increíble.
Vilches es una zona de transición de ecosistemas australes y nortinos, un bosque privilegiado de la zona central que mezcla las especies del sur, pero además tiene elementos que son propios. Robles y Coihues, los árboles hermanos se han adaptado para recibir al turista y al mundo científico internacional.Es 11 de octubre pero cae la nieve como en pleno invierno en Vilches alto, el cielo cerrado casi tragándose el verde a una temperatura al mínimo nos recibe confabulándose con los anfitriones para dar el máximo de esplendor posible. “Tratamos de generar un puente entre la naturaleza y el ser humano, para que haya una vinculación sensitiva y cognoscitiva, buscamos que la gente conozca el lugar en términos afectivos, nuestra meta es entender a la sociedad desde otra perspectiva”.
El viento sopla a ratos mintiendo esta idea en el aire.Luis Valladares y Anita Aguilera parecen dos ermitaños en una casa de chocolate. Computadores, microscopios, un telescopio profesional, todo dispuesto en Biota Maule, una especie de santuario en medio de una poética espacial verde, tan indefensa como potencialmente valiosa. Ambos fundaron esta casa que pretende el sueño de un liceo que agrupe a la comunidad, y sus niños, a los científicos y al turista en un solo gran bloque de amantes del bosque. Lo que buscan es someter a las visitas a una experiencia de shock verde demostrando la calidad de vida del bosque en Vilches Alto.Pero además de la experiencia científica el proyecto BIOTA es más que un grupo de investigadores con apoyo de la comunidad internacional y de la empresa privada chilena que se encierran a observar como si fueran parte de un gran experimento. Y lo es, un experimento social que involucra además del bosque a la comunidad local.“Este tiene que ser un lugar de gran calidad de vida que genere recursos económicos para que la comunidad de Vilches pueda subsistir y persistir aquí”, explica el biólogo y director de Biota, Luis Valladares.
CAMBIO ESTRUCTURAL
Biota Maule propone un proyecto de cambio estructural. “Queremos que el turista sea recibido, no que el turista llegue no más…”. Allí descansa gran parte de la filosofía de este gran cuento hecho realidad con el esfuerzo de unos pocos que perseveran incluso echando mano a sus propio recursos y empeño.La intención es mejorar lo que existe, el taller de artesanía, el de pintura, las actividades artísticas, crear pequeños ambientes de encuentro para el turista para que disfrute, pero conservando el lugar y respetando a su gente y conociendo, “acá hay maravillas naturales que ni siquiera la gente de Talca sabe que existen”.A cuatrocientos metros del destruido Hotel de Vilches se levantó una construcción exuberante, una cabaña de proporciones distintas, con ventanales sureños y rodeada de un tupido de bosque. Fue diseñada especialmente para acoger a grandes grupos de investigadores y la cabaña convence, ofreciendo una especie de sala de descompresión para sacarse la nieve de las bota y colgar las parkas y entrar al gran salón calefaccionado a penas por una estufa a leña, mientras por los ventanales de doble altura se tiene una visión portentosa del bosque y la nieve de octubre cayendo cada vez más fuerte. Parece Suiza, pero es Vilches.
¿Qué es BIOTA? La respuesta sale con lentitud como parte del paisaje: es un centro de educación comunitaria, pero también una nave madre de investigación biológica.“Queremos unir la naturaleza a través de la investigación científica como una herramienta de apoyo al conocimiento, la ciencia se trae y se expone a los visitantes”, agrega Valladares, que no para de hablar. Y todo esto partió con la Fundación Ayacara.
CIENCIA Y AMOR
Anita y Luis Valladares son un matrimonio de biólogos que estudiaron en la Universidad de Talca, cuando era una universidad chica, aclaran. Se embarcaron en una carrera sin mucha proyección económica pero persistieron. En una de las salidas a terreno vinieron a Vilches y con un grupo de compañeros se ganaron un proyecto de 200 mil pesos para nueve alumnos para estudiar el cerro El Peine, Luis era el director, la lupa eran los detalles del lugar. La magia del lugar los atrapó. “Tomamos la decisión de casarnos en Vilches, en el bosque, en la capilla de la quebrada de los Coihues y como mis padres son de Santiago y los padres de Anita son de Cauquenes por eso decidimos casarnos acá”.Para ellos la gente del lugar fue un punto de encuentro familiar y no tardaron en darse cuenta que su futuro estaba entre los árboles y la montaña. “En Iguazú supe que eran los biólogos los que resguardaban esas zonas, que hacían investigación científica, educación al turista y ayudaban a controlar al lugar y me gustó mucho ese concepto y cuando egresamos tomamos la decisión de hacer algo en Vilches, compramos un terreno y empezamos a mover el proyecto”. El resto fue ñeque personal que se fue uniendo a otras iniciativas para armar el castillo.Y nada ha sido fácil, el biólogo Valladares trabajaba en La Vega como su familia: “yo digo somos biólogos por hobby, trabajaba en la vega central en Santiago, ganando plata para sacar esto adelante, y solo gatilla cuando Roberto Rodríguez, gerente ambiental de la Shell, me pidió que conversáramos”. Rodríguez que tiene un fundo en Pencahue quería plantar Ruiles, él le ayudó a entender la gestión ambiental a nivel de empresa. Así partió BIOTA, luego conoció el proyecto Ayacara en el sur, “allá propusimos el mismo modelo de Vilches involucrando la investigación científica con la educación y el turismo, trabajamos 12 años mientras empecé a hacer docencia en dos universidades en Santiago y eso lo aplicamos acá”. Valladares hizo un posgrado en ingeniería ambiental. En Ayacara instalaron una estación en la montaña arriba de una cascada de 200 metros de altura. “Y levantamos un centro de educación, un liceo ambiental y empezamos a formar empresas de la comunidad, uniendo gente que trabajaba en embarcaciones, los mismos que levantaron el Biota Maule.
VIDA MAULE
La idea es crear un liceo ambiental en Vilches, “meter esto dentro de la educación formal, demostrar que acá hay acceso a educación de calidad y eso a los gringos les fascina”. Para Luis Valladares el proyecto es como un imán sobre todo para el mundo. “Este es uno de los pocos proyectos que existen con esta estructura a nivel mundial”. BIOTA Maule se refiere a la vida de un lugar, es la vida del Maule literalmente. “Hicimos un proyecto, nos financió primero la embajada británica y luego Naciones Unidas que también puso plata. El 2001 se aprobó y se terminó en noviembre de 2003. Al mes ya estábamos viviendo acá”.Como tienen poca plata, son los gestores y ejecutores de los proyectos. Es quijosteco reconocen, “pero acá estamos”. Anita Aguilera, bióloga, master en ciencias ambientales y medicina, es el motor de Vilches, ella lleva las riendas del proyecto. Luis viaja a Santiago y hace los contactos con el mundo, pero ella es el verdadero gerente de BIOTA.
FORMULA: “INTEGROLOGIA”
Todo se une, esto es integrología, explican. “Unos franceses que trabajaban con el tema de lombrices bautizaron el termino. La ‘integrología’ consiste en unir todas las fases del desarrollo social y de calidad de vida y como el proyecto se centra en el desarrollo humano y el desarrollo ambiental todo va viento en popa convergiendo todas las líneas. “Estamos generando los vínculos. Tratamos de ser atractivos con la gente y hay voluntad de algunos investigadores chilenos como José San Martin, que está apoyando el estudio de las flores, pero esta investigación no tiene sentido si no unimos a la comunidad y a los jóvenes del lugar. En el proyecto BIOTA participan los niños de las escuelas básicas de Vilches y del Liceo de San Clemente. La intención es que entiendan la ciencia ocupando su deseo de exploración y siendo apoyados por especialistas. La idea más ambiciosa de Luis Valladares es transformar esto en un liceo lo que va a requerir esfuerzo de empresarios y del gobierno, “necesitamos que la ruralidad se de a conocer desde otra perspectiva. Acá hay niños sanos, inteligentes y escuelas con ganas, y además que la comunidad funciona con comités de viviendas, de tratamiento de aguas servidas, estamos haciendo un trabajo completo”.
BIOTA no tiene líneas de financiamiento, más bien se autofinancian a través de su propio bolsillo y a través del trabajo de profesor universitario en las universidades Andrés Bello y Las Américas y la consultoría que realiza en la empresa Turismo Universal.“Han creído en nosotros, pero falta más de la empresa privada y del Estado chileno porque ha sido todo esfuerzo de la Comunidad Europea y de Naciones Unidas, y por supuesto de las embajadas de Suiza e Inglaterra”. La mayoría de los recursos vienen de afuera porque al gobierno le ha costado entender la integralidad de esta idea, dicen mientras afuera ha parado de nevar.Por ahora están fuera de mundo, sin Internet por falta de recursos.“Hemos decido no apostar más con proyectos afuera y ver la voluntad que hay dentro de Chile. Tenemos hospedaje de buena calidad para que la gente venga porque el turista es un punto de apoyo importante”. Porque Vilches está en la misma balanza la potencialidad turística con su desastre, muy desprotegido, van a pavimentar el camino y el cómo cuidarlo es prioritario.“Queremos cambiar, todos tenemos que hacernos responsables de lo que está pasando con Vilches”.
PLANTA DE TRATAMIENTO POR LOMBRICES
No solo ciencia directa, sino también ingenio aplicado y calidad de vida. BIOTA Maule ha gestionado un revolucionario sistema de tratamiento de aguas servidas en las cabañas de Vilches Alto. Han trabajado con la comunidad organizada. Flor Castillo dirige el comité de la vivienda con un trabajo excelente respecto a la implementación de un sistema de tratamiento aguas servidas para que todos en el breve plazo adopten el sistema que aplica con éxito BIOTA Maule. Se trata de emplear la lombricultura donde todas las aguas son tratadas y se devuelven a los ríos con calidad de riego. Esto fue diseñado por José Tohá biofísico de la universidad de Chile, su sistema se basa en un estanque con biofiltro donde hay una estratificación de piedras con lombrices arriba. “Cae todo, las lombrices lo comen y abajo pasa el agua a un ultravioleta que termina matando todas la bacterias. Es tan sencillo que a veces cuesta creerlo. En Francia está siendo usada en la ciudad de Montpellier donde ha ganado varios premios como la mejor innovación tecnológica del año. Ese sistema de biofiltro queremos difundirlo en la comunidad”.
FUNDACIÓN AYACARA
“Educar es una tarea prioritaria y fundamental si se quiere concebir un cambio de actitud frente a los procesos de deterioro ambiental que enfrenta la humanidad y fortalecer la organización comunitaria en zonas aisladas”. La comprensión y el manejo adecuado del entorno requiere de información ecológica adaptada a las posibilidades de asimilación de cada grupo humano, ese es el pilar fundamental del modelo de Fundación Ayacara que aplica BIOTA Maule. Para poner en práctica este programa de educación ambiental y apoyar el programa de las Escuelas Rurales, la fundación construyó e implementó el primer Centro de Educación Ambiental para el Desarrollo Sustentable en el sur de Chile que, producto de un fructífero trabajo con la comunidad y la decantación natural del proceso de integración, está dando paso al Primer Liceo de Enseñanza Media Técnica Profesional para el Desarrollo Sustentable de Chile, donde se aplicará la metodología desarrollada en el modelo de educación formal. Esa experiencia se quiere repetir en Vilches Alto.
